Por Luis Gerardo Frías
1938: Cuando el petróleo fue nuestro (2025) es una película dirigida por Sergio Olhovich que narra la decisión del presidente Lázaro Cárdenas de expropiar las industrias petroleras que pertenecían a empresas estadounidenses e inglesas. La película surge en un marco político interesante: el segundo sexenio de la autodenominada Cuarta Transformación (4T), un movimiento que se define como de izquierda y que busca acabar con el modelo neoliberal, en un contexto que de alguna forma resuena con el panorama económico y político de 1938.
La película tardó 27 años en concretarse, pues, según el director, en los dos sexenios previos al de López Obrador no hubo recursos para financiar la producción. Además, fue hasta el gobierno de AMLO que se le permitió filmar dentro de Palacio Nacional. Durante este lapso de tiempo ocurrió la muerte de Carlos Montemayor en 2010, quien aparece en los créditos como co-guionista junto con el veterano Olhovich. Finalmente, el proyecto se concretó entre finales de 2021 y la primera mitad de 2022, cuando se rodó el material que dio forma a la película.
El sueño de llevar al cine este pasaje de la vida de Cárdenas también lo compartió Alejandro Galindo, quien falleció en 1999 sin poder exhibir la película que rodó en 1985 y, lo que es peor, sin saber qué pasó con el material filmado. De acuerdo con los Periodistas Cinematográficos de México, la película tocaba temas sensibles para el gobierno del PRI y, en particular, para Joaquín Hernández Galicia, La Quina, líder del poderoso sindicato petrolero.
En entrevista para IMCINE, Olhovich menciona que tiene una conexión personal con la historia de la expropiación petrolera. Por un lado, recuerda que de niño visitaba las plantas petroleras acompañando a su padre, quien era ingeniero, y que entonces comprendió la importancia del petróleo para la soberanía económica del país. Por otro lado, el propio director se considera un militante de izquierda, para quien el cardenismo representó un gran movimiento de nacionalismo revolucionario, apoyado por el pueblo que se organizó para cooperar en el pago de las indemnizaciones a las empresas expropiadas.
Además de retratar quizá de manera caricaturesca a Cárdenas, Olhovich también representa a Francisco Múgica, mano derecha del presidente, y a Vicente Lombardo Toledano, una de las figuras más reconocidas de la izquierda mexicana. Según el relato cinematográfico, la decisión de expropiar a las empresas anglosajonas no fue un acto aislado de Cárdenas, sino que Múgica jugó un papel clave como intelectual e ideólogo para que el presidente se atreviera a defender la soberanía económica del país. Asimismo, se retrata el momento en que Cárdenas informa a Múgica que no será su sucesor, como todo parecía indicar, sino que, por presiones internas, tendría que ser Manuel Ávila Camacho.
Lombardo Toledano, como líder de la CTM, brindó un apoyo total a Cárdenas, pues sus intereses estaban alineados, considerando que los trabajadores petroleros habían realizado una huelga contra los patrones extranjeros un año antes de la expropiación. Además del respaldo de estos dos personajes, la película presenta una escena peculiar en la que el mismísimo Benito Juárez (spoiler alert) se aparece en los sueños de Cárdenas para infundirle valor con sabias palabras.
Si bien se retrata a la familia Cárdenas, no se menciona el nombre de Cuauhtémoc Cárdenas, lo cual resulta curioso si se considera su relevancia en la historia de la izquierda mexicana. No obstante, el ex candidato presidencial no se mostró indignado por la omisión; al contrario, celebró que los acontecimientos de 1938 fueran recuperados y transmitidos al público mexicano, y mencionó que las imágenes lo conmovieron, despertando emociones personales.
Finalmente, la vena izquierdista de la película se percibe hasta en su modelo de producción, pues se realizó a partir de una donación colectiva a través de la cooperativa Katarsis, propiedad de Olhovich, en coproducción con Corazón Films. Aunque este modelo de financiamiento recuerda al crowdfunding, tiene precedentes en la época de crisis cinematográfica durante el sexenio de López Portillo, cuando, según Olhovich, los cineastas fueron perseguidos y tuvieron que producir de manera independiente.
1938: Cuando el petróleo fue nuestro es un documento con evidente carga propagandística, pero con una posible utilidad didáctica, ya sea como recurso para enseñar historia en niveles básicos o como material de interés para los admiradores de Lázaro Cárdenas y los partidarios de la izquierda en México.