Por Patricia Sepúlveda
La guerra no tiene rostro de mujer. En un sistema internacional liderado por hombres, ¿será posible tener un liderazgo femenino? De acuerdo con importantes académicas en el ámbito del feminismo en las Relaciones internacionales, la política internacional ha sido y sigue siendo un espacio liderado por el sexo masculino y Europa no es la excepción.
Ante la crisis geopolítica europea que se avecina, el proceso de rearme ya es una opción para la seguridad nacional en Europa; la guerra entre Rusia y Ucrania y el aumento del presupuesto de defensa de los miembros de la UE y la OTAN han generado tensiones en los últimos tres años por lo que se ha vuelto una opción para los países miembros el modernizar el armamento, el aumentar el personal militar y el hablar de una cooperación estratégica en temas de seguridad del continente.
A medida que Estados Unidos “supuestamente” se acerca a Rusia, los países europeos reevalúan su estrategia de defensa. En este nuevo escenario, la participación femenina juega un rol importante: estados miembros de la UE como Alemania (Christine Lambrecht/2021 a 2023), Francia (Sylvie Goulard/desde 2017), España (Margarita Robles/desde 2018) y Países Bajos (Jeanine Hennis-Plasschaerts/2012-2017) han apostado por contar con ministras de defens, las cuales destacaron por su capacidad de liderazgo y habilidad diplomática en espacios, tradicionalmente, dominados por hombres.
Es así, que el liderazgo femenino, en temas de seguridad, puede aportar nuevas ideas en el ámbito militar no únicamente en procesos de construcción de paz, concepto asociado al sexo femenino. Es importante mencionar que la presencia de mujeres en temas de seguridad es un punto clave para inspirar a nuevas generaciones de mujeres con el objetivo de promover una mayor equidad y diversidad en organismos de seguridad.
El rearme europeo, por tanto, no solo es una respuesta al cambio del entorno internacional, sino también una oportunidad para romper paradigmas y consolidar un liderazgo femenino que contribuya a una defensa más inclusiva, eficaz y adaptada a los desafíos del siglo XXI.