Por Selene de la Fuente
El 8M en México y como cada año, nos invita a fortalecer la memoria colectiva y combativa de las mujeres. Somos las que, ya sea en el pasado o en el presente, han ido al frente en las reivindicaciones y conquistas de los derechos, logrosganados no solo para nuestro género, sino por la sostenibilidad de la vida.
Las historias de vidas de nuestras bisabuelas, abuelas, madres y las que abrieron camino, nos han demostrado que el género nos une, pero la clase nos divide. ¿Por qué es importante integrar esta relación en la actualidad?, porque desde la perspectiva de la historia, el desarrollo las mujeres es paralelo a la desigualdad, con la ayuda de construcciones sociales asignadas al nacer [o desde antes], que justifican roles de género que conducen a un desarrollo desfavorecedorde nuestras vidas.
Por ejemplo, el confinamiento de las mujeres al espacio privado [del hogar], como muestran los datos del INEGI en 2022, del total del tiempo destinado al trabajo en el hogar no remunerado y de cuidados, fue realizado por mujeres con un 73.4%, frente a un 26.6% que hacen los hombres. Pensaríamos entonces, que las mujeres se siguen quedandoen casa y los hombres cazadores salen de ella, no es más que un mito esta idea implantada en la sociedad, tanto el pensar que las mujeres solo se quedan en casa, y claro, que el hombre fue cazador, pero eso lo podemos abordar en otra entrega. Mientras que, la población económicamente activa en México es de 61.4 millones, de ese total 36.2 millonesson hombres y 25.1 millones las mujeres, con esto, queda claro que las mujeres tenemos una doble presencia, dentro y fuera del hogar. Pero ¿qué impacto tiene en nuestras vidas?
Hay que precisar que en la actualidad las mujeres profesionistas que realizan trabajo extradoméstico siguenrealizando la mayoría del trabajo en el hogar y lo que ello implica, desde limpiar, ordenar, cocinar, cuidar, acompañar, etc. A su vez, al ser cuidadoras y únicas responsables del hogar, cargan un costo en cuanto a la salud y calidad de vida, padeciendo también la exclusión en la esfera pública. Y es que cuando la mujer adquiere un puesto en un trabajo remunerado, no la exenta del trabajo en el hogar, ni tampoco se construyen cambios en la distribución de estas tareas entre los integrantes del hogar.
Es por lo que, la economía feminista brinda los principales aportes a la hora de medir el impacto del trabajo realizado desde los hogares, además de visibilizar las condiciones que esto conlleva en la vida de las mujeres, centralmente en la reproducción de la desigualdad. Esta mirada pone en el centro a la reproducción de la vida por encima a la del capital, porque no es amor, es trabajo no pagado el que se realiza dentro de nuestros hogares.
Y es que, en México, el entorno sociocultural legítima la exclusión de las mujeres por ser mujeres, es decir, se establece la violencia simbólica. Y bajo este precepto se entorpecen y restringen los derechos políticos y civiles, los que se traduce en violencias concretas para mujeres e infancias.
Podemos señalar que el sistema económico y patriarcal sigue condicionando a mujeres y hombres, pero para la situación de las mujeres significa la construcción de las desigualdades.Como adaptar con una especie de estatus quo que dificulta vivir sin violencia, en libertad y lograr la plena profesionalización. Y que, en el caso de lograr esta última, también nos enfrentamos a trabajos precarizados, feminizados o de medio tiempo al no haber una cultura donde se compartan las labores y responsabilidades del hogar entre todas y todos. Es entonces, imprescindible reconocer que el establecimiento de la doble presencia de las mujeres representa el empoderamiento, pero también la sobreexplotación.
Las luchas de las mujeres han sido por la humanidad, y es que, cuando nos referimos a las reivindicaciones históricas ganadas, queda claro que somos las mujeres quienes nos hemos organizado, primero para sostener la vida del entorno inmediato y, después para mejorar las condiciones de vida, para nosotras y para una sociedad más justa e igualitaria. Tal es el caso de las luchas por los derechos políticos y civiles, derechos sexuales y reproductivos, derechos contra la violencia de género, educativos y culturales. La lista es larga, porque las opresiones son muchas.
Es entonces que, la propuesta radical de las mujeres se traza desde la lucha de clase y la economía feminista, que concibela sostenibilidad de la vida mediante la cooperación, la complementariedad, la solidaridad, la reciprocidad y la justicia de los trabajos en el hogar y los cuidados. Cada 8M salimos más mujeres, jóvenes y niñas a las calles, conmemorando a las mujeres trabajadoras que exigían mejoras en las condiciones laborales y también a aquellas que fueron encerradas y quemadas en la fábrica TriangleShirtwaist en Nueva York, es un día de lucha y visibilización, no para celebrar, habrá que escucharnos entre nosotras y encontrarnos para tejer redes de apoyo y acompañamiento como hasta hoy lo hemos hecho.